L a jornada laboral de cuatro días de trabajo a la semana ya es una realidad después de que una empresa española lo haya implantado desde el 2 de enero de 2020. Esta medida, que ha suscitado mucha expectación forma parte de la política de conciliación laboral y familiar de la empresa.
La noticia saltó hace unas semanas cuando Software DELSOL, una empresa situada en Jaén con 181 trabajadores y especializada en la producción de software informático, fue pionera al anunciar que desde el pasado 2 de enero de 2020 sus trabajadores disfrutarían de una jornada laboral de cuatro días de trabajo a la semana sin disminución salarial.
Así, los trabajadores de esta empresa han comenzado el nuevo año con una jornada laboral de cuatro días repartida del siguiente modo: una parte de la plantilla tiene un periodo laboral fijo de lunes a jueves, mientras que el resto lo hace por rotación trabajando cuatro días de lunes a viernes, en función de si prestan servicio directo al cliente o no. Es decir, aquellos trabajadores que no prestan servicio al cliente trabajan de lunes a jueves y, el resto, lo hace trabajando igualmente cuatro días, pero rotando de tal manera que cada semana libran un día diferente.
Y, todo esto sin que repercuta en el salario de los trabajadores ni en la productividad de la empresa. En palabras de la propia empresa, “la compañía sigue funcionando al mismo ritmo de siempre”.
¿Es posible la implantación de la jornada laboral de cuatro días a nivel general?
La implantación de la jornada laboral de cuatro días a la semana por parte de Software DELSOL parece responder esa pregunta, pero ¿todas las empresas están capacitadas para llevar a cabo una medida de estas características?
Según declaraciones a Cinco Días, José Canseco, profesor de EAE Business School considera que “hay una clara tendencia a la reducción de la jornada, aunque su ritmo de implantación sea muy lento. Añade que “estas ideas, relacionadas con la flexibilidad laboral, suelen surgir en grandes compañías con departamentos de recursos humanos especializados en el tema, con un margen de cambio mucho más grande, la tecnología necesaria y una capacidad de orientación al trabajo enorme”. Respecto a la implantación de estas medidas en España declara que “España es un país de pymes, donde cualquiera de estas novedades es mucho más complicada de implantar”.
El otro problema al que se enfrenta España a la hora de implantar medidas de este tipo es ser un país de servicios. Así lo defiende Carlos Martínez, presidente de IMF Business School, “llevar a cabo esta transformación de forma abrupta es imposible, porque siempre hay personas atendiendo a otras”. En esa línea establece que “cualquier transición deberá hacerse de forma coordinada y planificada entre todos los agentes, sectores e industrial implicadas porque no tiene sentido que una compañía se viese perjudicada porque otra esté cerrada en ese momento”.
Según palabras de Chelo Chacartegui, profesora de Derecho del Trabajo y de la Seguridad Social en la Universidad Pompeu Fabra, la clave del éxito de la jornada laboral de cuatro días es la reducción de jornada, evitar que esto implique reducción de salario y de los costes salariales en detrimento de los empleados.