Aunque es algo comúnmente estudiado en facultades de Economía y Escuelas de negocio y la importancia del estudios de mercado en las fases de inicio de una actividad empresarial es mayúscula, lo cierto es que en la mayoría de casos es el gran olvidado por parte de los futuros empresarios, ya que tienen la impresión de que su intuición suple lo que el estudio pueda aportarles.

En la actualidad, el entorno competitivo nos pide lo mejor de nuestras empresas y de todo el ecosistema que las compone y rodea y es que, gracias a la sociedad de la información el conocimiento está al alcance de todos y los clientes cada día son más exigentes a la vez que menos leales que en tiempos anteriores. Razón por la que las empresas debemos dar lo mejor, y buscar la excelencia y, sobre todo, procurar cometer el menor número de errores posibles.

Debido a esta circunstancia, el empresario debe realizar un estudio cada vez más detallado y minucioso del mercado en el que se encuentra, o al que aspira llegar, ya que ese análisis se convertirá en esencial para el lanzamiento y funcionamiento de un negocio de éxito. Tanto es así que sin él se corre el riesgo de fracasar y la inversión realizada no tendrá el retorno esperado.

Utilizando técnicas científicas, económicas, sociológicas y psicológicas, no olvidemos que estamos tratando de mercadotecnia, el estudio de mercado se convierte en una investigación sistemática basada en la recopilación y análisis de datos relacionados con las características destacadas del mercado al que se dirige la empresa.

Esta información incluye, por lo general, datos relativos al comportamiento de los consumidores y la competencia. Así, con un estudio de mercado podremos llegar a saber si los productos o servicios están enfocados y dirigidos a los consumidores adecuados.

Cuando se dedica el tiempo necesario a hacer estudios de mercado, a menudo se logran evitar costosos errores y minimizar los riesgos financieros a la hora de poner en marcha un negocio. Si nos tomamos el tiempo necesario para entender a los consumidores, podremos comunicarnos mejor con ellos e identificar oportunidades. No es prudente ofrecer un producto que no se necesita, o que tiene características diferentes a las que el público requiere, y eso se identifica con el estudio de mercado.

¿Por qué es importante realizar un Estudio de mercado?

El principal, y casi único, objetivo de estudiar el mercado y, por tanto, realizar un estudio de mercado, es ratificar la posibilidad de colocar un producto o servicio en el mercado, conocer los canales de comercialización, determinar la demanda y conocer la composición, características y de los potenciales consumidores.

Las conclusiones extraídas del estudio nos darán las pautas para confeccionar la estrategia comercial que se definirá dependerá de las características del consumidor como del competidor.

En más ocasiones de las deseables, las empresas evitan realizar un estudio de mercado dando por hecho que conocen al cliente, no teniendo claro cuáles son sus objetivos de comercialización, no definiendo su público objetivo, sin habilitar herramienta de medición de las acciones llevadas a cabo, análisis basados en experiencias de terceros o de intuiciones… En definitiva, errores que garantizan fracaso, y se podrían haber solucionado si un profesional de la mercadotecnia hubiera actuado previamente.

¿Qué beneficios podemos obtener de la confección de un Estudio de mercado?

Si hacemos las cosas bien, y en los tiempos establecidos para ellos, de la parte que compete al estudio de mercado podremos obtener un sinfín de beneficios, entre los que destacamos:

• Obtener una forma de medir la satisfacción del cliente
• Diseño de estrategias de comercialización más eficaces
• Identificación de oportunidades
• Localización del potencial del mercado
• Minimiza el riesgo de pérdida o problemas potenciales
• Herramienta de evaluación
• Analiza a los competidores y crear planes estratégicos para vencer a los rivales.

Por todas estas razones debemos introducir los estudios de mercado como un elemento más en la estrategia global de la empresa. Situemos el momento de su realización donde le corresponde, en el inicio de la actividad, y mantengámosle vivo durante el ciclo de vida del producto, servicio o de la propia empresa.

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Francisco Javier Álvarez Mateos, Director Comercial GEFISCAL ETL Global